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Imagina que Andrea y Camila son amigas y organizan una salida a comer, para el día de la salida Andrea lleva un presupuesto $200.000 los cuales provienen de su salario, Camila lleva el mismo presupuesto ya que su esposo le regalo $200.000 estando el restaurante el mesero trae la carta a las dos. Andrea mira la carta y trata de pedir algo no tan costoso ya que piensa no gastar todo el prepuesto, mientras que Camila no mira precios ya que no le da importancia a gastar todo los $200.000.
Podemos observar que ambos tienen el mismo presupuesto real, pero ambas tienen un valor subjetivo del dinero es decir se trata de la contabilidad mental que tiene cada persona y esto se ve relacionado con factores tales como la procedencia del dinero, situación y el esfuerzo para conseguirlo.
De este ejemplo podemos concluir que a Andrea le cuesta gastar su dinero ya que ha trabajado por ello, mientras que para Camila es más fácil gastar ya que no representa mucho esfuerzo.
La contabilidad mental nos ayuda a resumir las decisiones financieras, teniendo presente el resultado o recompensa que se obtiene en cada decisión. Esta puede guiarnos a malgastar nuestro dinero ya que nuestra percepción o idea del valor es subjetiva, como el refrán “Al que no le cuesta hace fiesta”.
Tips para evitar caer en la contabilidad mental
Para poder enfrentar situaciones donde estamos propenso a pasar por la contabilidad mental debemos
- Realizar un presupuesto con el objetivo de incluir los gastos ocasionales para que no impacten en nuestra vida financiera.
- Identificar qué porcentaje de las ganancias del mes vamos a contabilizar mentalmente para su uso.