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Imaginemos que quieres comprar un computador y comienzas a ir a tiendas en busca del más económico, así que tienes dos opciones, la primera es en un centro comercial cerca a tu casa y la segunda es una tienda de ventas de equipos tecnológicos que se encuentra más lejos. Finalmente, te decides por comprarlo en la opción más cercana, ya que invertir tiempo y gasolina parece más caro que obtener un mayor descuento.
Este tipo de decisiones se basan en “sesgos cognitivos”, es decir son todos aquellos atajos, pensamientos emocionales que nos pueden guiar a tomar decisiones adecuadas o no adecuadas como el ejemplo anterior, trayendo consecuencias en nuestras finanzas ya que podemos realizar malas inversiones.
Existen diferentes tipos de sesgos, los más comunes son:
- Sesgo exceso de confianza: es cuando creemos que sabemos todo y confiamos demasiado en la decisión que vamos a tomar.
- Sesgo de disponibilidad: consiste en decidir algo solo por el hecho de que es lo más visible en ese momento.
- Sesgo de creer tener el control: pensamos que tenemos el control de los gastos que vamos hacer, pero es un engaño, generalmente no es así.
- Sesgo de anclaje: tomar decisiones basados en aquello que sea más fácil sin tener en cuenta otros factores. Este sesgo de anclaje lo vemos en el ejemplo que planteamos, donde se toma la decisión basada en el precio del computador que es el “ancla” sin tener presente factores como descuento.
Tips para enfrentar estos sesgos
- Educarnos financieramente, ya que nos ayuda a disminuir el impacto de los sesgos cognitivos, permitiendo tomar decisiones reales.
- Organizar nuestros procesos de toma de decisiones, donde podamos hacer un análisis de ventajas y desventajas para tomar decisiones acertadas.
Recuerda que antes de tomar decisiones debemos identificar este tipo de sesgos y poder enfrentarlos.
